Apple está envuelta en una demanda por derechos de autor que alega que el gigante tecnológico utilizó ilegalmente obras protegidas por derechos de autor para entrenar sus modelos de inteligencia artificial. La demanda, presentada por los autores Grady Hendrix y Jennifer Roberson, se produce pocos días antes del esperado evento del iPhone 17 de Apple y subraya una creciente batalla legal en torno a la inteligencia artificial y la propiedad intelectual.
Las acusaciones: Applebot y las bibliotecas en la sombra
El núcleo de la queja se centra en el supuesto uso por parte de Apple de un programa de software llamado Applebot para recopilar datos de “bibliotecas en la sombra”, sitios web que ofrecen copias de libros pirateadas o no autorizadas. Según la demanda, las novelas de Hendrix y Roberson se incluyeron en estos conjuntos de datos pirateados y posteriormente se utilizaron para entrenar los modelos de inteligencia artificial de Apple sin su consentimiento o compensación.
“Apple no ha intentado pagar a estos autores”, afirma la demanda. “Apple no buscó licencias para copiar y utilizar los libros protegidos por derechos de autor proporcionados a sus modelos. En cambio, evadió intencionalmente el pago utilizando libros ya compilados en conjuntos de datos pirateados”.
La acción legal destaca una tensión crítica en el proceso de desarrollo de la IA: la necesidad de grandes cantidades de datos para crear modelos de IA eficaces. Si bien obtener licencias de los creadores puede resultar costoso y llevar mucho tiempo, eludir las protecciones de derechos de autor ha generado numerosas demandas contra empresas de inteligencia artificial.
Tendencias más amplias en disputas sobre derechos de autor en IA
Esta demanda contra Apple es parte de una ola más amplia de litigios por derechos de autor que afectan a la industria de la inteligencia artificial. Justo el mismo día en que se presentó la demanda, Anthropic, el creador del chatbot Claude AI, anunció un acuerdo de 1.500 millones de dólares en una demanda colectiva por piratería. Esto dio lugar a pagos de aproximadamente 3.000 dólares por obra pirateada, tras una victoria parcial para Anthropic en un caso similar en el que el tribunal dictaminó que su uso de material protegido por derechos de autor entraba dentro de la categoría de “uso justo”. Meta obtuvo una victoria similar, lo que demuestra aún más las complejidades legales que rodean la capacitación en inteligencia artificial y los derechos de autor.
Este creciente número de demandas revela un desacuerdo fundamental entre las empresas de IA y los creadores. Las empresas luchan por excepciones de “uso justo”, que permiten el uso de material protegido por derechos de autor sin permiso para fines como educación o periodismo. Por el contrario, los creadores están haciendo valer sus derechos a controlar el uso de su trabajo y garantizar que reciban una compensación adecuada, optando potencialmente por no utilizar su trabajo para entrenar sistemas de inteligencia artificial.
La estrategia de IA de Apple y los desafíos actuales
La entrada de Apple en el panorama de la IA ha sido relativamente lenta en comparación con competidores como Samsung, Google y Motorola, que han incorporado agresivamente funciones de IA en sus teléfonos. Actualmente, la principal integración de IA de Apple implica permitir a los usuarios acceder a ChatGPT a través de comandos de voz de Siri.
Incluso esta característica existente enfrenta desafíos legales. A principios de este verano, Elon Musk presentó una demanda contra Apple y OpenAI, acusándolos de implementar un “esquema anticompetitivo” destinado a sofocar productos de IA competidores como su propio Grok.
Las batallas legales en torno a la IA y los derechos de autor son cruciales e influyen en el futuro del desarrollo de la IA y los derechos de los creadores en la era digital.
La demanda contra Apple subraya un momento crucial en el debate en curso sobre la inteligencia artificial y la propiedad intelectual. Mientras Apple se prepara para presentar el iPhone 17, debe sortear estas complejas consideraciones legales y éticas mientras se esfuerza por innovar en el cada vez más competitivo mercado de la IA.
