El Instituto Tony Blair (TBI) publicó recientemente un documento integral que describe las reformas necesarias para que la Unión Europea fortalezca su posición en el campo de la inteligencia artificial en rápida evolución. El análisis, simultáneo con debates sobre la soberanía digital europea, evita soluciones simplistas como cuotas de adquisición y, en cambio, se centra en mejoras sistémicas en la regulación, la inversión y la adquisición de talento. Esto es importante porque la UE corre el riesgo de quedarse atrás de Estados Unidos y China en el dominio de la IA si no actúa con decisión.
Los principales problemas que enfrenta el desarrollo de la IA en la UE
El informe de TBI identifica varias debilidades estructurales clave que obstaculizan el crecimiento de la IA dentro de la UE. Estos incluyen mercados fragmentados, regulaciones demasiado complejas, inversión insuficiente crónica en infraestructura tecnológica y algunos de los costos energéticos más altos del mundo. El informe señala astutamente que la verdadera soberanía digital no se trata de aislamiento, sino de aprovechar las opciones y la influencia en el panorama tecnológico global. Intentar construir alternativas nacionales para cada tecnología es económicamente irrealista y estratégicamente poco sólido.
Solución 1: Reforma regulatoria y acceso al capital
El primer paso para acelerar la adopción de la IA es revisar el marco regulatorio de la UE. El TBI aboga por simplificar los requisitos de presentación de informes, armonizar la aplicación de la ley en todos los estados miembros a través del Ómnibus Digital y acelerar iniciativas como una Unión de Ahorro e Inversión. Estas reformas son esenciales para reducir el costo de la innovación y permitir que las empresas crezcan de manera efectiva. El documento también pide una bolsa de valores a nivel continental y la modernización de los mercados laborales, un paso crítico que a menudo se pasa por alto en las discusiones de la UE.
Solución 2: Infraestructura y seguridad energética
La UE debe abordar sus deficiencias en infraestructura física y digital. Si bien iniciativas existentes como EU Gigafactories y EuroHPC JU son pasos en la dirección correcta, el informe sugiere acelerar la inversión privada en infraestructura de IA. Fundamentalmente, también exige un programa energético europeo coordinado, que incluya permisos acelerados para la energía nuclear y las energías renovables, para garantizar un suministro de energía asequible y confiable. Sin un acceso seguro a la energía, todas las demás iniciativas de IA tendrán dificultades para prosperar.
Solución 3: Acelerar la adopción de la IA mediante incentivos
Para impulsar la adopción generalizada de la IA, el TBI propone tres áreas clave de enfoque: accesibilidad de los datos, un entorno regulatorio simplificado y reforma del mundo académico. La próxima Estrategia de Unión de Datos debería desbloquear conjuntos de datos estratégicos, mientras que los incentivos de contratación pública y crédito informático pueden estimular la demanda del mercado. El informe evita mencionar directamente la reforma del RGPD, pero implica que tal medida puede ser necesaria para una verdadera aceleración de la IA. Actualmente, las universidades europeas se ven limitadas por estructuras rígidas, incentivos obsoletos y salarios poco competitivos, lo que impulsa a los mejores talentos al extranjero. Para retener y atraer investigadores, se debe otorgar a las universidades mayor autonomía, salarios competitivos y vías flexibles entre la academia y la industria.
Solución 4: Exportar la “pila digital europea”
Finalmente, la UE necesita una estrategia coordinada para exportar su paquete de gobierno digital a nivel mundial. Iniciativas como Global Gateway deberían aprovecharse de manera efectiva, con centros tecnológicos regionales atendidos por tecnólogos y diplomáticos para promover los estándares europeos. El TBI sugiere establecer un “Mecanismo Europeo de Aceleración de las Inversiones” para ayudar a los inversores a superar los obstáculos regulatorios. Si bien Global Gateway ha enfrentado críticas, sigue siendo el mecanismo más viable para extender la influencia tecnológica europea en todo el mundo. El enfoque fragmentado actual deja a las empresas gestionar las exportaciones de forma independiente, mientras que muchos diplomáticos carecen de la experiencia técnica para facilitarlas de manera eficiente.
En conclusión, el informe TBI proporciona un plan pragmático para que la UE afirme su liderazgo en la era de la IA. Implementar estas reformas requiere acciones audaces, pero la alternativa –el estancamiento y la dependencia continuos– es mucho más costosa. La UE debe actuar ahora para asegurar su futuro en un mundo cada vez más moldeado por la inteligencia artificial.
